Reseña Leyendas de Erodhar I: La Vara de Argoroth

La Vara de Argoroth constituye la primera entrega de la saga Leyendas de Erodhar y el primer trabajo de Cosmin Flavius Stircescu, joven escritor nacido en Rumanía pero afincado en España desde los 13 años. En esta primera novela se nos narra la aventura de Valiant, un joven y talentoso caballero que unirá su destino al de un grupo de compañeros contra las oscuras prácticas de un misterioso culto que amenaza el ya de por sí delicado equilibrio político de Erodhar.

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Mapa de Erodhar (La Forja de Leyendas)

Lo primero que llama la atención es la longitud de la novela, pues la historia se desarrolla en más de 900 páginas, lo que habla de la valentía y la confianza del escritor para afrontar semejante tarea en un idioma que no es el materno. Quizás por circunstancias personales, me despierta especial simpatía que un autor novel apueste por su historia dándole la cantidad de páginas que estime oportunas, aunque ello pueda jugar en su contra. Por otro lado hay que destacar el apartado gráfico, de una gran calidad, que da a los mapas de Erodhar una presencia que no tiene nada que envidiar a las ediciones más cuidadas de las novelas del género.

 

Sin duda la gran virtud de la novela es su historia: rica, compleja y bien desarrollada. El autor emplea con habilidad las primeras páginas para abrirnos las puertas de Erodhar, presentarnos a su protagonista y el detonante inicial e irnos introduciendo progresivamente en un argumento intrigante y asequible que pronto va evolucionando y creciendo con el transcurso de los capítulos. Terminado el libro me sorprende recordar con qué sencillez empezó todo, una sensación que personalmente me encanta y que nos habla de la habilidad del autor para estructurar su historia y dotarla de buen ritmo. Conforme avanza, la aventura de Valiant no deja de crecer y bifurcarse, alcanzando nuevos niveles e incorporando diversos ingredientes: investigación, magia, batallas, política… No obstante, es cierto que en ocasiones da la sensación de que el material desborda al autor, con algunas tramas que no terminan de cerrarse por imperativos de la historia general o conflictos secundarios que se abren en momentos poco adecuados. Aún así el autor presenta y desarrolla un argumento bastante satisfactorio en general.

En mi opinión, donde más brilla la habilidad del escritor es en el desarrollo de la intriga. Si tomamos sólo la historia principal da la sensación de estar bien llevada, alimentada por un mundo rico de historias y leyendas y despertando en todo momento el interés del lector. Estas virtudes y la naturaleza del argumento aproximan La Vara de Argoroth a las clásicas historias de espada y brujería en las que la aventura nos conduce por sugerentes y amenazadores territorios en un viaje en el que resurgen conocimientos y poderes olvidados.

Frente a ello, el contexto general y las tramas políticas han sido lo que menos me han gustado, no tanto por el contenido en sí como por la forma de presentarlas al lector, de una manera que desdibuja y ahoga la historia principal. El autor ha desarrollado un rico abanico de familias, escudos y dominios territoriales que se exponen en grandes enumeraciones de nombres, linajes, blasones y responsabilidades que resultan abrumadoras y que constituyen un espeso bosque en el que el lector difícilmente llega a introducirse. Hay demasiados personajes y grupos que apenas aparecen esbozados y, pese a su abundancia y precisión, las secciones explicativas sobre la riqueza de Erodhar colaboran poco en favorecer la comprensión de los desafíos que han de afrontar Aldaeron y el linaje real de los Nomenglaus. El contexto es expuesto al lector pero no llega a constituir un escenario en el que de manera natural se desarrolle la historia, principal activo de la novela que de este modo queda muy perjudicado al cortar su desarrollo y desviar el interés.

Su abundancia explicativa es el principal lastre de la novela. Pocas veces se muestra simplemente lo que acontece o se deja que los personajes queden retratados por lo que dicen o hacen; enseguida aparecen amplias secciones que a través del diálogo o el monólogo interior desarrollan lo que ya hemos leído. Particularmente problemático me ha resultado el exceso de citas en estilo directo de los pensamientos de los protagonistas, que me sacaban de la lectura y me dificultaban conectar con unos personajes que no dejaban de opinar y explicar acontecimientos que yo ya estaba leyendo. Estos defectos adquieren un mayor peso porque colaboran en que la novela alcance una extensión que, a la vista de la naturaleza del argumento y los acontecimientos narrados, se me antoja excesiva. Creo sinceramente que, corrigiendo estos abusos, entregas sucesivas lograrán una forma que haga brillar la sugerente historia que esta primera novela nos presenta a través de una extensión más adecuada.

Por último, respecto al tono de la narración, en general resulta ligera, dotando de agilidad a la historia cuando ésta avanza y mostrando una frescura que sienta bien al perfil aventurero de La vara de Argoroth. No obstante, el autor sabe alternar con pasajes más crudos y oscuros cuando el relato se interna en las secciones de los antagonistas que, aunque en determinados momentos puedan resultar bruscas, en general aportan el necesario contraste para dar cuerpo a la historia.

La impresión general que me ha causado La Vara de Argoroth es que estamos ante un libro con un buen contenido que queda lastrado por la forma y que podría mejorar con algo más de economía narrativa. Si se pulieran esos defectos, su argumento cautivador, rico contexto y sugerente cuadro de leyendas e historias constituyen poderosos argumentos para satisfacer el hambre de aventuras de los más entusiastas aficionados a la fantasía de toda la vida.

Si queréis saber más de la novela, el autor y el mundo de Erodhar tenéis a vuestra disposición la página http://laforjadeleyendas.blogspot.com.es 

Imagen destacada: La forja de leyendas

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