La lengua de los kitanna

Consciente de la expectación, el kitanna se dio un instante antes de hablar con la tranquilidad necesaria para que sus palabras fueran traducidas.

Las estepas de Avok

Kitanna es la palabra con la que los ilanos denominan a los jinetes de la estepa. Ellos, sin embargo, se llaman a sí mismos arata, por lo que sería más correcto hablar de idioma arata.

Poco se sabe sobre el origen de los arata y menos aún sobre su lengua. Nadie que se recuerde ha ambicionado ni reclamado para sí esta tierra indómita habitada por salvajes, ni parece que los arata tengan interés por conocer qué hay más allá de su estepa. Apenas han tenido contacto con otras regiones de Êrhis, excepto por incursiones esporádicas en las fronteras con Ilaàn, en el oeste, y con los reinos herederos de Tūrada, en el este, con los que de vez en cuando algunas tribus establecen relaciones comerciales a muy pequeña escala.

Avok estepa kitannaSi lo que cuenta la tradición tūradana es cierto, durante las Eras Perdidas el inmenso páramo fue parte del Imperio de Tūrada por un tiempo, pero no queda memoria de aquello. Sin embargo, algunos rasgos gramaticales e incluso cierto vocabulario de la lengua arata recuerdan al tūradano. Aunque quizá se incorporaran al idioma de los jinetes a través de las tribus orientales, algo más civilizadas, que mantienen leves contactos con los reinos del Gran Río.

Los jinetes de la estepa carecen de escritura. Ni siquiera en el ámbito religioso o legal han fijado jamás una palabra sobre papel, roca ni ningún otro material. No lo necesitan: todos los arata conocen las normas de sus tribus, que se transmiten oralmente de una generación a otra, al igual que ocurre con la historia sagrada y los ritos religiosos, conservados en la memoria de las kamu (‘hechiceras’) y sus aprendizas.

El arata es una lengua aglutinante, es decir, sus palabras se construyen uniendo a la raíz prefijos y sufijos, que son los que aportan el significado gramatical. Por ejemplo, gaku significa ‘montaña’, sin número ni caso gramatical. Añadiéndole el sufijo de plural genérico -i obtenemos gakui, ‘montañas’, y con el prefijo uk- lo convertimos en acusativo: ukgakui.

            Ǫi tanuiruk uzainetu ukgakui. – Cruzaremos juntos las montañas.

El idioma arata puede ser muy ambiguo, pues no es obligatorio especificar género ni número ni tampoco tiempo verbal si no se desea. Pero, al mismo tiempo, puede alcanzar un alto nivel de concreción. Así, por ejemplo, posee diferentes sufijos para indicar el número, en función de la cantidad de elementos, de la relación entre ellos o de la percepción del hablante.

Fonética

El arata no posee una gran variedad de sonidos. Tiene seis vocales y diecisiete consonantes:

a / e / i / o / ǫ / u

b / d / f  / g (con sonido gue)  / h (aspirada) / k / kj / l / m / n / p / r / s / t / v / y / z

La ǫ es una vocal casi cerrada semiposterior redondeada; o lo que es lo mismo: suena como si se mezclaran una o y una u.

Los seis sonidos vocálicos se pueden alargar, en cuyo caso se escriben con una raya horizontal superior: ā / ē / ī / ō / ǭ / ū. Es decir, vākuga (‘dolor’) se pronuncia «vaakuga», y sēsa (leche de cabra fermentada), «seesa».

En cuanto a la acentuación, por lo general las palabras son llanas, aunque la colocación de las sílabas tónicas puede variar por motivos expresivos o enfáticos sin que se modifique el significado de la palabra. También el sonido r varía entre suave o fuerte (rr) con intención expresiva: antaru, ‘caudillo’, puede sonar «antaru» o «antarru» según quién y cómo lo diga. El territorio de los arata es extensísimo y, aunque relativamente homogéneo, los acentos e incluso algunos vocablos varían entre unas tribus y otras.

Morfología

El arata es una lengua aglutinante, por lo que las palabras se forman añadiendo a la raíz prefijos y sufijos para indicar el género, el número, el caso gramatical, el tiempo y el modo verbal.

El lugar que ocupan los afijos en relación con el lexema o raíz no es aleatorio, sino que, con algunas excepciones, se ajusta a un orden determinado, que en el caso de los sustantivos es el siguiente:

            caso gramatical + lexema + género + número

Por ejemplo, si al lexema kǫra, ‘asesino’, le añadimos el prefijo de acusativo uk-, el sufijo de género femenino -ari y el sufijo de singular enfático -gǫ, obtenemos ukkǫrārigǫ, ‘a la única asesina’.

            Si rakjatu ukkǫrārigǫ. – Atrapa a la única asesina.

Lo mismo ocurre con los modos y los tiempos verbales, que se indican mediante afijos unidos al infinitivo, algunos de los cuales van pospuestos y otros antepuestos. En el caso de la frase anterior, al infinitivo kjatu (‘atrapar’) se ha antepuesto el prefijo ra- que indica modo imperativo: rakjatu.

Una particularidad del arata es la existencia de dos tipos de singular y cuatro tipos de plural. El singular genérico se expresa mediante el sustantivo, adjetivo o pronombre sin sufijo de número: gaku, ‘montaña’. Que es una sola montaña, y no varias, habrá de deducirse por el contexto, pues ya hemos dicho que el número solo se especifica si se desea.

Los arata usan el singular enfático (-gǫ) cuando quieren hacer hincapié en que se trata de un único elemento. La inmensa amplitud del territorio, al que nadie se aventura en solitario si puede evitarlo, y los estrechos lazos sociales y familiares que unen a los miembros de cada tribu son tal vez la razón de ese deseo de enfatizar la soledad y el aislamiento. Los jinetes de la estepa viajan, cazan, asaltan y nomadean en grupo, pues lo contrario significa una muerte segura.

            Sigǫ etasuruk to vai-kahara usetiruk site-magelo. – Tú (solo) morirás y los buitres devorarán tu carne.

Tribu kitanna caballosPara expresar el plural –cuando desean hacerlo–, los arata pueden elegir entre el plural genérico (dos o más) -i (gakui, ‘montañas’), el plural grupal -se (aratase, ‘grupo de arata’), el plural tribal -kǫ (odemikǫ, ‘los odemi’) o el plural incontable -ikj (arataikj, ‘incontables arata’, ‘la horda’).

El uso de uno u otro plural depende no solo de la cantidad sino también de características sociales o culturales y de la percepción personal del hablante. En Las estepas de Avok, los kitanna con los que Silas y los demás ilanos se encuentran suelen referirse a ellos como sise (‘vosotros’), con el sufijo de plural grupal -se, pues varios extranjeros viajando juntos son, a sus ojos, un grupo cohesionado y, sobre todo, diferente a ellos mismos.

            Sise rasemo ukodemi. – Huid de los odemi.

Sintaxis

El arata impone un orden estricto a los elementos de la oración, que, salvo escasas excepciones, es siempre sujeto + verbo + objeto. Al carecer los verbos de desinencias de persona, el sujeto nunca puede elidirse. Los pronombres personales, que forman el plural añadiéndoles el sufijo de número que corresponda, son:

1.ª persona: ǫ

2.ª persona: si

3.ª persona:

Ǫ guro orale si diyadiman. – (Yo) No he dicho que (tú) hables.

Si atu ukezu. – () Estás agotado.

etasaruk ukǫi. – (Él) Nos matará.

Las oraciones interrogativas mantienen la estructura sujeto + verbo + objeto, pero añaden la partícula interrogativa akj inmediatamente después del verbo:

            ¿Si garan akj ukyonē onǫ? – ¿Me tienes miedo?

Los casos gramaticales se expresan mediante afijos. El nominativo y el vocativo no se marcan, pero en todos los demás casos el lexema estará acompañado del afijo que corresponda. Por lo general son prefijos:

            Nūari asetai sike ukarata. (acusativo) – Ella nunca había visto un kitanna.

            ¿Kari unuk akj onnūari? (dativo) – ¿Qué le ocurre?

Nūi semo ayagaku. (ablativo de lugar hacia) – Huyen hacia las montañas.

Ǫ sekuruk uketas uksi koahē. (ablativo de tiempo en) – Ahora podré matarte.

Ǫte-usatene, uzaigurinā. (ablativo de modo) – Bajo mi bota, como un gusano.

Algunos casos, sin embargo, se indican con sufijos:

            Ǫ ona ukvani ayavokj odemite. (genitivo) – Sé llegar a la ciudad de los odemi.

            Si reneki ǫahi. (ablativo de compañía) – Monta conmigo.

Cuando el sustantivo va acompañado de uno o varios complementos, estos se unen a él mediante guion y no requieren de afijos:

            Akju simi-ukzarā. – Queda poco tiempo.

Nū atu ezu-uktakj. – Es un hombre agotado.

Sin embargo, cuando el adjetivo no acompaña a un nombre, deben aplicársele los afijos que le correspondan:

            Sise nau ukezuse. – Parecéis agotados.

Verbos

El arata posee cuatro conjugaciones, o, más bien, una única conjugación con cuatro variaciones posibles en función de si el infinitivo comienza o acaba en vocal o en consonante.

verbos idioma kitanna

Cuando el verbo termina en consonante y la partícula pospuesta comienza por consonante, se sonoriza añadiendo una vocal entre ambas. La vocal añadida depende de la primera vocal de la desinencia:

fonética idioma kitanna

Así, por ejemplo, el pasado lejano de kusur (‘cabalgar’) es kusuritai, pues la a de la desinencia (-tai) obliga a añadir una i, mientras que el gerundio de etas (‘matar’) es etasedene, ya que la e de la desinencia (-dene) impone otra e.

—Si guro ǫna kari nūi ifaruk uknūari —dijo, y compuso una sonrisa lasciva—. Ǫ ifakj ukle onnūari kjabo.

Kíos torció el gesto y se pasó una mano por la barba.
—Debo de estar aprendiendo bárbaro, porque eso lo he entendido —dijo Silas sin apartar la mirada de los ojos oscuros del joven kitanna.

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